miércoles, 3 de julio de 2019

ESTATUA DE MENACHO.

ESTATUA DE MENACHO.




Localización.

El monumento a Menacho está ubicado en la Avenida de Huelva, mirando hacia El Corte Inglés, a la altura del edifico del Servicio Extremeño de Salud, frente a la fachada principal del IES Zurbarán, a unos a unos 200 metros de lugar donde murió el General hace 208 años.



Entra y localiza la zona a través del enlace de Google maps.

https://www.google.com/maps/place/Avenida+de+Huelva+10/@38.87373,-6.9755792,161m/data=!3m2!1e3!4b1!4m5!3m4!1s0xd16e43aae984fd7:0x639d88ac1f7b1d62!8m2!3d38.87373!4d-6.975032


El autor de la obra.



Salvador Amaya nace en Madrid en 1970. Hijo del escultor Marino  Amaya, desde su infancia ha vivido en ese ambiente artístico,  aprendiendo con su padre y ayudándole ya desde la adolescencia. 

De  hecho en varias ocasiones han llegado a trabajar juntos, como es el caso  del Monumento a los Donantes de Sangre en León. Aparte de la  influencia de su padre, Salvador se ha dejado influir por los grandes  clásicos de la escultura; desde los maestros renacentistas italianos, hasta  nuestros clásicos, como Benlliure, Marinas, Querol... Salvador es un  ejemplo de asimilación, de cómo aprender de los maestros y subido en sus hombros llegar un poco más alto. se desenvuelve con brillantez en su obra “Libertad”, se nos revela como un gran retratista, con ejemplos como  “Valle-Inclán”, se coloca a la misma altura que sus maestros con “Blas de Lezo” y nos abre un universo creativo, pleno de aciertos, matices y  posibilidades con su obra “Peregrino”.
Este escultor, discípulo de Juan de Ávalos, ya cuenta con obras muy destacadas como la escultura de Blas de Lezo en la Plaza de Colón de Madrid y el busto militar del Rey Felipe VI.

Además de Salvador Amaya, la obra tiene la firma del pintor Augusto Ferrer-Dalmau que colaboró en la creación del boceto. Este artista es conocido como ‘El pintor de batallas’ desde que lo apodó así su amigo Arturo Pérez Reverte que ha utilizado sus cuadros en varios libros.



En sus pies se aprecia que está asomado a la muralla en lo que era el Baluarte de Santiago (hoy Memoria de Menacho). La base de tierra ha sido diseñada por Curro Agudo de Mangas que también participó en el montaje del monumento escultórico.

El escultor también ha contado con la colaboración el experto en uniformes militares Luis Sorando Muzás y de la historiadora Mariola Muzás. Además charló en varias ocasiones con el coronel Eduardo García-Menacho, descendiente del héroe de sexta generación.



El pedestal de la estatua.

El pedestal o soporte prismático que sostiene la estatua es sobrio, sencillo, en la cara que muestra la imagen observamos una inscripción donde brevemente se expone los logros del homenajeado.


Como podemos leer en esta cara frontal, dice así:

«Pro patria mori»
 «La muy noble y muy leal ciudad de Badajoz al General Menacho. Dulce et decorum est pro patria mori (Dulce y honorable es morir por la patria, como se decía en la Antigua Roma). Este monumento fue erigido reinando El Rey Don Felipe VI. Abril 2019».










Por detrás observamos otra inscripción.



«General Rafael Menacho y Tutló. Cádiz 1766. Benemérito de la patria en grado heroico. Muerto en el Baluarte de Santiago el 4 de marzo de 1811 cuando dirigía la defensa de Badajoz tras resistir 38 días de asedio».
La peana, base o apoyo, que sostiene el conjunto monumental, está realizada con granito de Quintana de la Serena, material que conoce perfectamente el autor Salvador Amaya por haberlo usado en sus trabajos.

El sombrero.


La figura representa al general Menacho antes de su muerte, en el momento que arenga a las tropas a resistir el asedio del ejercito de Napoleón. Lleva su sombrero característico y el uniforme.

Una espada real


Como curiosidad, la espada no se ha fundido junto al resto de la pieza, sino que es real y procede de la armería de los Hermanos Moreno, en Toledo. Es de acero pavonado y ha sido forjada a martillo, es decir, dando golpes, al estilo medieval.

Observamos que en una mano levanta la espada y con la otra hace el gesto de avance dirigido a sus soldados. En sus pies se aprecia que está asomado a la muralla en lo que era el Baluarte de Santiago, hoy conocido en la ciudad como Memoria de Menacho.

El autor capta el momento en el que el militar recibiría una descarga de la artillería en su vientre que le iba a provocar la muerte. Su resistencia pasó a la historia y días después la ciudad se rindió.









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